No podía terminar de otra forma. No debía ser de otra manera el resultado final y ¿por suerte? la justicia se hizo presente en Villa Domínico. Vélez siempre fue más que Independiente pero debió tragar veneno para revertir un resultado adverso. Y en un segundo tiempo de novela, hizo todo para llevarse la merecida victoria.

Hubo que esperar hasta que los golazos de Christian Núñez y Luca Orellano dieran vuelta el marcador. El partidazo que tuvo lugar en el Sur del Gran Buenos Aires tardó en amanecer pero tuvo momentos de alto impacto y sobre todo, predominio prácticamente absoluto de Vélez.

Así como al minuto de juego Matías Borgogno le ahogó el grito a Brian Martínez con un estupendo mano a mano que desbarató, de inmediato comenzaron a llegar las oportunidades claras que tuvo el Fortín ante el muy buen arquero local, Franco Vélez. Vaya paradoja de apellido, el golero tuvo dos respuestas brillantes ante Luca Orellano mandando el balón al córner y luego un mano a mano con Nazareno Bazán, de gran actuación pese a no poder convertir. También otros intentos de Orellano y Guido Mainero, se fueron afuera por muy poco. Los de Morigi dominaban pero carecían de poder de fuego.

Antes que terminara la primera mitad, los "Mercados" metieron su "mano invisible". Sin que nadie lo intercepte, y con total sorpresa, Diego lanzó un pase al ras del suelo que encontró a Gabriel, éste dejó correr el balón entre los centrales y definió ante la salida de Borgogno. Independiente abría el marcador sin merecerlo y así se bajaba la persiana.

El descanso vino bien para refrescar ideas. Vélez acentuó el dominio y de a poco comenzaron a llegar los dividendos. Alejo Montero, de muy buen partido, encontró solo en la puerta del área a Christian Núñez que sacó un disparo inatajable, al ángulo, para el bueno de Vélez. Golazo. Y las emociones no cesaron porque en nueve minutos el partido se rompió por completo. Bazán estrelló un intento en el travesaño y tampoco tuvo suerte con el penal que le tapó el arquero. Sin embargo en la jugada de la pena máxima, se fue expulsado Lucas González por doble amarilla en el local y la cancha se inclinó por completo: El Fortín fue por todo.

El reloj marcaba el minuto 25 cuando Luca Orellano tomó la pelota por la banda derecha. Con su pierna hábil por adentro, empezó a encarar con dirección al arco, tres rivales quedaron completamente desarticulados por las gambetas del delantero y ante la salida del 1, acomodó la pelota contra un palo. Otro golazo para explotar en un grito. Muy parecido al que le marcó a San Martín de Tucumán por la fecha 5, nada más que esta vez buscó el poste más lejano para colocar la pelota. Orellano jugó en un nivel altísimo, algo que se viene repitiendo fecha tras fecha. Llegó a 8 gritos en el torneo de los cuales 5 fueron este año. Sin duda alguna, es una de las revelaciones de la temporada.

Desbordado y sin ideas, el Rojo se resignó y Vélez aumentó la ventaja con Joaquín García tras un córner. También lo tuvo Facundo Cáseres y el arquero volvió a tapar mano a mano. Pudo haber sido goleada pero fue un partidazo de todo un equipo que busca culminar entre los cinco primeros equipos del torneo y se ilusiona con la Copa de la Superliga que jugará también la Reserva.

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