Fútbol

Orellano: “Aprovecho cada día para quedarme con el primer equipo”

De la Quinta División, sin escalas previas, a realizar su primera pretemporada a las órdenes de Gabriel Heinze. Luca Orellano transitó su estadía en Vélez a puro esfuerzo y paciencia: Templando el alma cuando sus músculos no se desarrollaban y dando todo ahora para no dejar pasar esta gran oportunidad.

Por Diego Guitian

Y por más que jugar el Campeonato de Liga Metropolitana no es para lo que uno llegó a Vélez, aquel torneo de 2016, cuando tenía edad de Séptima División, le sirvió a para darse cuenta de quién era. Ese enganche zurdo, hábil y menudito, que si no jugaba en AFA era por el temor que tenían sus técnicos a que lo lastimaran, fue uno de las figuras (8 goles y 15 asistencias) del certamen paralelo donde la Categoría 2000 gritó Campeón. Aquel equipo era dirigido por Milton Gareca (hijo del Tigre) y Luca se perdió la última fecha porque sus buenas actuaciones le sirvieron para que finalmente sumara minutos por primera vez de titular en el torneo principal de Inferiores. Así, empezó a ver el futuro con otros ojos. Dos años después, entrena con Primera. 

Luca Nicolás Orellano (22/3/2000), nacido y criado en Francisco Álvarez, partido de Moreno, juega al fútbol y aprovecha sus oportunidades. Llegó a Vélez cuando tenía 9 años, pero no entrenaba en la Villa Olímpica, ostensiblemente más cerca de su casa, sino en Liniers. "Mi mamá Silvana me llevaba y me traía cada vez que tenía que entrenar. Salía del colegio y directo a Vélez. Regresábamos de noche porque entrenábamos por la tarde. Era muy cansador", detalla el entrevistado, hoy saboreando las mieles de tanto esfuerzo. 

"Fue fundamental Luca en ese título de Liga, hizo varios goles y marcó varias asistencias. Recuerdo un gol contra Camioneros de visitante, faltando un minuto, patea de afuera del área desde 30 metros y la clavó al ángulo. Tuvo un gran crecimiento. Es un chico que tiene muchísimo futuro", destaca Milton Gareca sobre Orellano.

A pocos días de iniciada la Pretemporada, la primera que realiza junto al plantel profesional, admite que "no esperaba el llamado. Me sorprendió mucho porque me habían avisado que debía subir a trabajar con la Reserva y tras el primer día en el Selectivo, al otro me avisaron que debía cruzarme con Primera. Fue una sorpresa para todos". Asimismo, asegura sentirse "bárbaro en lo físico. Mi resistencia es muy buena pese a no ser tan grande".

Cuando Luca habla de ser "grande" se refiere a su talla. Actualmente mide 1,77 metros y pesa 66 kilos. Magro en su estructura corporea, arrancó tarde a jugar en AFA. "En Infantiles jugué pero ya en Juveniles, en Novena y Octava y gran parte de Séptima, sólo lo hacía en Liga.  Muchos técnicos me decían que tenía que esperar, que ya llegaría mi momento y si no nos ponían era para cuidarnos y que no nos lastimaran. Costaba bastante entenderlo. Me ponía mal, incluso sabiendo que era chiquito de cuerpo. Pero bueno, hay que tener paciencia para saber que tu chance la vas a tener", reconoce con orgullo.

"Me siento con mucha confianza. Sumado a todo lo que me da Vélez, me ha ido muy bien en el último año en Quinta y por suerte ahora se me abre esta posibilidad"

Haber "pegado tarde el estirón" le valió para templar su carácter y hacerse paciente. Una historia casi idéntica a la de Álvaro Barreal y Ariel Muñoz, sus compañeros de División, también zurdos, talentosos y debutantes en la actual pretemporada. "Es raro porque los tres somos parecidos, casi que jugamos en el mismo puesto. Hay competencia pero es muy sana", apunta Orellano al mismo tiempo que se describe como futbolista: "Me gusta ir para adelante, pensar, pero sobre todo encarar, tirar la pelota larga e ir por afuera. Puedo ir por adentro también, no me resulta un problema".

Respecto a Gabriel Heinze, sostiene que "lo conocía por la forma de entrenar, el esfuerzo que requiere trabajar con él. Es muy diferente el trabajo de Primera al de Inferiores, se juega muy fuerte y hay que acostumbrarse. Nos ayuda mucho que siempre esté presente la pelota". 

Atrás quedaron los tiempos de recorrer casi todo el largo del Acceso Oeste para unir Moreno con Liniers. Hoy el trayecto es más corto pero el esfuerzo requiere ser redoblado. Y Luca Orellano, ese mismo juvenil que de las posibilidades traza una meta y la alcanza, lo tiene bien presente: "Dí todo de mi para estar acá y por suerte tuve la oportunidad. Ahora a disfrutarla y aprovechar cada día de trabajo para poder quedarme con el primer equipo".