Fútbol Amateur

El PiVe 10

Desde hace un par de años, el nombre de Thiago Almada suena cada vez más fuerte en la cantera velezana. El enganche de la Séptima División combina la inteligencia que demanda el puesto, con una capacidad goleadora que va en aumento cada Temporada.

Por Diego Guitian

Aunque todos hablen de él, su fulgurante comienzo goleador no lo desvela. Es más, le baja lo decibeles: "Ya pasó, estoy tranquilo haciendo mi tarea, el equipo me ayuda muchísimo para conseguir este nivel". Thiago Ezequiel Almada cumplirá 16 años el próximo 26 de abril. Una adolescencia madura le va regalando los años más felices de su corta vida haciendo lo que más le gusta: Jugar al fútbol.

Los rigurosos dirán, ante semejante talento juvenil mezclado con una desfachatez de barrio que conmueve, que "juega a la pelota". Pero no. Ya va entendiendo de qué se trata todo esto. Thiago comprende que el fútbol profesional está cada vez más cerca. Y con ello, todo lo concerniente para arribar de la mejor forma: Entrenar duro y cuidarse fuera de la cancha, incluyendo una buena alimentación y descanso, matizado con una única condición: Nunca deja de divertirse cuando el balón pasa por su indescifrable pierna derecha.

La Séptima División marcha puntera con siete unidades, un buen comienzo que incluye dos victorias (Talleres y Banfield) y un empate sin goles ante Arsenal. De los ocho goles con los que arrancó el Torneo la Categoría 2001, Thiago marcó cinco. Tres frente a Talleres (y erró un penal) y dos el pasado sábado en el Polideportivo del Taladro.

"Siempre jugué de enganche o media punta. Mi función, además de crear juego, es volver con el cinco rival, no me gusta mucho pero los Técnicos me lo pidieron siempre y de a poco lo voy cumpliendo", avisa el nacido en Fuerte Apache y hoy residente en el barrio de Palomar. Y agrega: "En Inferiores ya me han puesto marca personal y no me dejaron jugar mucho. Es fastidioso porque encima que soy medio "calentón" y me costaba poco sacarme, no le encontraba la vuelta a salir de la marca rival aunque ya lo voy manejando más tranquilo".

No lo desvela el futuro aunque su nombre comience a sonar cada más fuerte en la usina del Fútbol Juvenil. Almada sabe que la humildad y la paciencia es una combinación perfecta de cara a lo que viene. "Todo lo que estoy viviendo me genera que tengo que seguir igual, tranquilo y sin apuro. Hace 11 años que estoy muy bien en Vélez, me tratan bárbaro; siento que estoy en mi casa. Mi sueño es llegar a Primera y demostrar lo que estoy aprendiendo".

El tiempo dirá si todo el desparpajo de técnica, frenos, habilidad y goles, le deparan el objetivo que tanto anhela. Mientras tanto, suma actuaciones como la del último sábado y deja en claro porque es el proyecto más serio que se erige en la cantera velezana.