El Estadio José Amalfitani vivió uno de esos capítulos que serán difíciles de olvidar. Con un marco perfecto donde el enorme caudal de público velezano copó todas ambas populares y plateas (tanto altas como bajas), El Fortín ganó un partidazo ante Racing para seguir en lo más alto de la Liga Profesional. Fiesta, desahogo, ilusión, fe intacta; algunos de los condimentos y sensaciones que decoraron la soleada tarde en casa.

A 10 fechas del final del Torneo, Vélez mandó un mensaje a todos sus competidores: será díficil bajarlo jugando como lo hizo hoy, mucho más luego de la dura goleada en contra sufrida el lunes en Rosario. El equipo demostró temple y entrega total para retomar la senda victoriosa, porque se convertió en claro merecedor de los tres puntos obtenidos.

El partido tuvo varios momentos de paridad, volviéndose muy disputado, sin grandes espacios. Los de Quinteros con sus armas de ir al frente y Racing moviendo la pelota a través de la calidad que posee del medio hacia adelante. Si bien el eje central compuesto por Sosa, Almendra, Nardoni muchas veces ganaban la zona media, las chances de peligro las tuvo Vélez, finalmente disipadas con rápidas intervencios de Gabriel Arias o la impericia y falta de fortuna del local a la hora de precisar centros atrás, algo que se repitió en gran parte del encuentro.

Ya en el complemento, El Fortín salió decidido a buscar el triunfo y dos tiros libres de Claudio Aquino por poco no fueron gol, dado que uno se estrelló en el poste y el otro recorrió todo el arco sin que nadie pueda empujar a la red.

Luego de poco más de 20 minutos donde costó pisar el área con determinación, Elías Gómez casi convierte de no ser por Sosa despejó en la línea. En los últimos 15´ Vélez se llevó puesto a Racing y de tanto ir tuvo su premio: Aquino clarificó en el traslado y se juntó con Thiago Fernández, quien sacó un centro perfecto para que Braian Romero, posicionado excelente entre ambos centrales académicos, cabecee de pique al suelo para desatar un grito que hizo tronar el Amalfitani. 1-0 y explosión total en Juan B. Justo 9200.

Ganó el puntero porque siempre estuvo decidido en ir al frente, en buscar incluso cuando la claridad en metros finales no lo acompañó. Este Vélez no se cansa de insistir y hoy volvió a ganar esos cruces agónicos en los últimos minutos. Atrás quedó el traspié en Arroyito, ahora la ilusión se potenció y ojalá las próximas 10 jornadas nos encuentre igual: unidos y todos tirando para el mismo lado.