A pura emoción y desahogo, El Fortín inició con éxito su camino en la competencia más importante del continente. Sin dudas fue un partido disputado ante Peñarol, pero el equipo de Guillermo Barros Schelotto mostró determinación y resiliencia para revertir un marcador adverso y quedarse con los tres puntos en la primera jornada del Grupo H.

Si bien el desarrollo del encuentro lo tuvo como protagonista desde la posesión, al Fortín le costó encontrar espacios ante un rival que apostó a la solidez defensiva, porque la línea de 5 clausuró las bandas de ataque fortinero, llevando a centralizar el juego y caer en el embudo uruguayo. 

Así se desarrolló la primera etapa, con esporádicas llegadas del local y una clara de Peñarol, con Leo Fernández definiendo en el costado externo de la red. Del otro lado, Agustín Bouzat tuvo el gol, pero Martín Campaña se arrojó y tapó lo que parecía imposible de detener.

El complemento inició igual. Vélez con la premisa de buscar el arco rival, sin embargo fue el Carbonero quien abrió el marcador a los 2 minutos, en una acción tan aislada como veloz: Javier Cabrera desbordó por banda izquierda y luego del centro atrás, Leo Fernández esta vez no falló y empalmó de primera 1-0.

Paciencia ante todo es lo que necesitaba el equipo, además de mantenerse en partido. Los minutos pasaban, la pelota era desbaratada por la defensa uruguaya y todo se volvía cuesta arriba. El Mellizo metió mano, a la cancha Álvaro Montoro y tiempo después Michael Santos.

Insistiendo en base a entrega llegó la reacción a los 34. Fue entonces cuando emergieron los jóvenes talentos de la cantera velezana. Maher Carrizo, de 19 años, se convirtió en la principal referencia ofensiva. Con movilidad y atrevimiento, generó desequilibrio por punta derecha. Y su olfato tuvo recompensa cuando, tras una precisa asistencia de Elías Gómez, conectó un zurdazo desde la puerta del área para establecer la igualdad.

El partido se rompió por completo y en los minutos finales, Vélez continuó con su impulso y logró la victoria. Montoro, que había ingresado con decisión y claridad para darle frescura al ataque, sentenció el 2-1 definitivo, capturando un rebote tras un tiro libre de Braian Romero que no pudo retener Martín Campaña. De zurda, el volante tucumano, próximo a cumplir 18 abriles, desató la euforia en Liniers.

El Amalfitani explotó en un grito y El Fortín inició su participación en la Copa con confianza, ratificando el carácter que demanda el entrenador. La CONMEBOL Libertadores ofreció una noche de copa soñada entre argentinos y uruguayos, donde la tensión sobrevoló hasta último momento y el premio mayor fue para el conjunto que nunca dejó de buscar.

El Campeón del Fútbol Argentino, de pie y pecho en alto frente a todo el continente. A seguir así, paso a paso en Torneo y Copa, Fortín de mi vida.