Vitalicios

El Virrey en casa

El ciclo de reuniones Cumpleaños del Mes que organiza el Departamento de Vitalicios, tuvo un capítulo final de lujo: Carlos Bianchi se hizo presente en el Salón Vip del Tercer Piso, ante más de 400 personas, para agasajar a quienes cumplieron años en los últimos tres meses. El Virrey, una vez más, se sintió muy cómodo en su casa.

Carlos Bianchi se hizo presente en el Salón Vip del Tercer Piso, ante más de 400 personas, para agasajar a quienes cumplieron años en los últimos tres meses. El Virrey, una vez más, se sintió muy cómodo en su casa.
Por Diego Guitian

El ciclo de reuniones Cumpleaños del Mes que organiza el Departamento de Vitalicios, tuvo un capítulo final de lujo: Carlos Bianchi se hizo presente en el Salón Vip del Tercer Piso, ante más de 400 personas, para agasajar a quienes cumplieron años en los últimos tres meses. El Virrey, una vez más, se sintió muy cómodo en su casa.

Como quien entra a su casa, lo espera un amigo y rápidamente comienzan a sucederse las anécdotas, sonrisas y recuerdos imborrables; Carlos Bianchi es ese anfitrión que al arribar a su hogar, el Club Atlético Vélez Sarsfield, se estrecha en un abrazo con todo aquel que gritó sus goles y festejó cada vuelta olímpica. La esencia misma del mejor pasado, el romanticismo pretérito, se encarna en su ser. Carlitos es Vélez. Y nadie mejor que él para definir lo que es Vélez: Humildad, sacrificio, familia, barrio, provagar y grandeza. A pasos agigantados Vélez ha crecido bajo esa fórmula y los seguirá haciendo.

Tuvo una particularidad el encuentro de Bianchi con los Socios Vitalicios que cumplieron años en los meses de julio, agosto y septiembre: Prácticamente no se habló de su etapa como Entrenador en Vélez. La charla fue derivando en anécdotas y perlitas de su inicio como jugador, el rol de sus padres, aquel primer campeonato en 1968, los goles con acento francés y las lesiones que complicaron su carrera deportiva. Casi todo pasó por ahí, será porque la mayoría de los 400 presentes en el Salón Vip de la Sede lo vieron jugar a Carlitos y prefirieron preguntarle por aquel pasado con tintes de ídolo goleador. Que no se haya hablado en abundancia de los seis títulos que logró dirigiendo a Vélez, fue tan solo una circunstancia en poco más de 45 minutos de fructífero ida y vuelta entre el ídolo y sus fanáticos.

Tuvo tiempo para recordar que Daniel Willington fue un jugador brillante y el Gato Marín un arquero terrible, pero que el jugador más importante de la historia de Vélez se llama José Luis Chilavert; también se explayó en materia de amistades, el ida y vuelta con el Tano Calima que estaba a un costado y es “canillita como yo, como lo era mi viejo”, el recuerdo de un hincha que aseguró tener la manga del saco con el que Bianchi dio la vuelta olímpica tras consagrarse en el Clausura 1993 pero que los fanáticos entre el fervor y los abrazos, se lo terminaron rompiendo, sus primeros partidos con la V en el pecho en Prenovena, los consejos de Lelo García, lo bien que jugaba Luis Gregorio Gallo, que llegar a la cima es lindo pero más difícil aún es confirmarlo; todo eso y mucho más en un audiovisual que pueden ver a continuación.

Para el final, Gabriel González, Presidente del Departamento de Vitalicios, le entregó un Diploma a Bianchi donde queda bien en claro que es la Gloria máxima de nuestra institución. Y por supuesto, la entrega de una camiseta oficial con el 9 en su dorsal, ese número con el que se convirtió en el máximo artillero en la historia del Fortín, y en uno de los más importantes del fútbol argentino, con 206 tantos. Fotos, autógrafos, risas por doquier, Bianchi o mejor dicho, Carlitos, ofreció su mejor repertorio en el encuentro con los Vitalicios. En definitiva, está en su casa y actuó de manera natural ante tantos amigos que vinieron a charlar con él.

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Carlos Bianchi en Vitalicios

Carlos Bianchi en Vitalicios

El ciclo de reuniones Cumpleaños del Mes que organiza el Departamento de Vitalicios, tuvo un capítulo final de lujo: Carlos Bianchi se hizo presente en el Salón Vip del Tercer Piso, ante más de 400 personas, para agasajar a quienes cumplieron años en los últimos tres meses. El Virrey, una vez más, se sintió muy cómodo en su casa.