Vélez superó ampliamente en juego a Atlético Tucumán, en el cierre de la sexta fecha de la Superliga, durante la noche de lunes en Liniers. El conjunto comandado por Gabriel Heinze realizó una labor sobresaliente en gran parte del encuentro y aunque pasó algún sobresalto sobre el final, firmó su tercer triunfo al hilo.

El Fortín aprovechó a pleno el parate por selecciones para poner a todos a tono para la reanudación del campeonato. El buen rendimiento durante los ensayos semanales y la idea de salir con buen pie desde el fondo, le dieron lugar a Gastón Giménez como compañero de zaga de Lautaro Giannetti en una asociación trifásica con Fernando Gago.

Fue notorio como esa idea se fue plasmando con fuerza con el correr de los minutos en el encuentro ante el Decano. Porque salía jugando siempre con una triangulación y las transiciones de los volantes se efectuaban a una velocidad muy alta, imposible de coartar por sus rivales en campo.

De esa forma, comenzó a ganar espacios Robertone a espaldas de Bravo y se buscó como opuesto siempre a un Lucas Janson en llamas en ese primera parte. De la rapidez para jugar en cada ataque, pero con conexiones fantásticas; Vélez era demasiado para un conjunto tucumano desbordado e impulsado siempre al error.

Así llegó el gol, luego de un par de revolcadas del Oso Sánchez. Centro desde la izquierda y Robertone buscó pasado a la cabeza de Maxi Romero, que terminó habilitando a un muy solo Lucas Janson que, también de cabeza, llevó al éxtasis total a todo el estadio. El local tenía juego y apenas pasado el primer cuarto de hora lo rubricaba en la red.

Desde ahí fue todo para el equipo de Liniers, con un nivel de confianza muy alto, buscando romper con fútbol y con pacienciade la resistencia del Decano y llevando el juego hacia su conveniencia. Merecía haber terminado Vélez, con un par de goles más por encima en el marcador.

En el complemento y más allá de algún intento de los de Zielinski de pararse más arriba, el equipo velezano mantuvo su idea. Gago siempre limpio a la hora de saltar líneas en pelotas profundas; Giménez entregando redondo el balón en la salida al igual que Pupi. Domínguez doblegando esfuerzos, Cufré y Guidara siendo siempre opciones centralizadas, Janson bien abierto. Bouzat creció y se volvió imparable para sus marcadores. Romero fue puro sacrificio en pos del equipo y Robertone incisivo. Todo Vélez, con Hoyos con una seguridad y una confianza extrema, regalaba sus mejores estrofas. Sin embargo, se topaban con la impericia para estirar una ventaja más que merecida.

Solo sobre el final el equipo pasó un sobresalto por no haber podido liquidar la historia. La más clara la tuvo el ingresado Lotti, que entrando solo por el centro y a la altura del punto del penal, malogró su remate por sobre el travesaño.

Vélez terminó ganando un encuentro en el que mereció mucho más, al punto tal que fue una goleada de un solo tanto; en una forma de graficar el volumen de juego y la poca contundencia en la red.

Tercera victoria al hilo y próxima visita al Monumental, el domingo, para seguir sumando y soñando.