Vélez fue muy superior a un conjunto alterno de Rosario Central al que venció por 2 a 0, durante la noche de lunes en el estadio José Amalfitani, correspondiente a la fecha 14 de la Superliga.

Los goles para el Fortín fueron anotados en el complemento por Lucas Robertone y Thiago Almada. El equipo de Heinze cerró el año en casa (todavía resta visitar a Patronato), con un triunfo importantísimo y estirando la imbatibilidad como local.

Con el perfume del ayer impregnado en el aire, con la presentación de la camiseta homenaje y la presencia de los Campeones del 68, todo se disponía a una jornada inmejorable para seguir sumando en el campeonato.

Sólo dos variantes presentó el Míster respecto del equipo que venía de triunfar en tierras santafesinas ante Unión la semana pasada. Volvía al equipo inicial Gastón Díaz por Hernán De La Fuente; al igual que Lucas Robertone ingresando por el juvenil Thiago Almada.

Por el lado del Canalla, la proximidad con el decisivo cruce por la final de la Copa Argentina (este jueves en Mendoza) ante Gimnasia; llevó al Patón Bauza a utilizar una formación alterna y con mucho juvenil, donde sólo se destacaba la experiencia de Germán Herrera en el ataque.

Desde el vamos, los roles del juego quedaron claramente resueltos. Vélez fue el que tenía y disponía del balón; ante una clara pasividad de Central que aguardaba bien refugiado con dos líneas de cuatro en su propio campo. La tranquilidad y la paciencia de local, llevó el juego a depender de lo que podía hacer el equipo de Heinze, pero sin la desesperación de ir a lo loco en busca del marcador. Moviendo la pelota en la búsqueda del espacio.

Allí fue donde sobresalió la figura de Gastón Giménez, siempre prolijo en el juego, la distribución y la salida. También los centrales fueron los conductores rompiendo líneas ante tanto terreno que regalaba el conjunto rosarino.

Entre las claras para Vélez de la primera etapa, se cuenta un tiro libre de Robertone que despejó bien Miño. También un taco de Laso que se fue cerca. Mientras tanto, la visita inquietó con remates que se fueron desviados del arco que custodiaba muy bien Hoyos.

En el complemento y con el mismo argumento, el entrenador fortinero buscó variante y fue Thiago Almada el que entró en escena, por Ramis que fue una suma de buenas intenciones que no pudo concretar. El Guayo le cambió una vez más la cara al equipo en la ofensiva y tuvo participación activa en el desarrollo.

El tanto del triunfo nació en los pies del pibe del Fuerte Apache, quien habilitó por izquierda a Vargas. El Monito se hamacó para la derecha y mandó un centro cortado al área para que Robertone a la carrera desvíe con la cabeza y así venza la resistencia de Miño. Por arriba y con una bocha profunda, el Fortín abría el cerrojo defensivo de Bauza; gol que merecía hace rato.

Con la apertura del marcador, el hincha se puso exultante y por primera vez desde su arribo, cantó por Heinze. Con la apertura del marcador, el equipo tuvo un lapsus de duda porque el rival salió a buscar y presionó arriba. Así llegó a quedar mano a mano José Luis Fernández para ser atorado rápido por Hoyos en una tapada formidable. El arquero sostuvo al equipo en el momento clave, a seis minutos de haberse puesto en ventaja con todo lo que le había costado conseguir ese gol.

Luego de ese instante de apremio, otra vez Almada habilitó rápido a Bouzat (de gran segundo tiempo) que encaró a su marcador y cerrándose hacia el medio habilitó la diagonal del Guayo que definió al palo y a la carrera para sellar la victoria de Vélez en dos.

La noche fue perfecta. Con la piel de la gloria de ayer y la ilusión de hoy. Después de tanto sufrimiento, Vélez disfruta del presente. Con trabajo, sin bajar los brazos, pero por este camino Fortín.

Carlos Martino