El Fortín no pudo en su visita a Avellaneda y dejó un importante invicto (11 juegos) a manos de un Racing que golpeó en los momentos justos. Con goles de Lisandro López (con desvío en Abram) y de Guillermo Pol Fernández; los dirigidos por Eduardo Coudet superaron a los de Gabriel Heinze en la noche del domingo.

Un Vélez que no pudo contar desde el inicio con Agustín Bouzat (sobrecarga muscular), respecto del once que venía de ganarle muy bien a Newell´s en el estreno de la Superliga. En su lugar, volvía a la titularidad luego de varios meses, Nicolás Delgadillo. El resto, los mismos que venían de un gran juego en casa alimentando la ilusión en esta segunda jornada.

Sin embargo, fue de entrada que la presión de Racing hizo efecto sobre Vélez. A los tres minutos de juego, Bou encaró a Laso y cedió a su derecha el balón para Lisandro López (mientras Centurión por el medio arrastraba la marca). El capitán de la Academia intentó colocar el balón al palo derecho de Domínguez, pero un desvío en la pierna de Luis Abram cambió la dirección a la trayectoria de la pelota y se acurrucó al otro costado para dejar sin reacción al arquero ecuatoriano. El conjunto de Liniers sufría en el inicio un golpe y le costó un largo rato acomodarse.

Porque no podía recuperar el balón e intentar jugarlo con seguridad, ya que el local se movía rápido y atacando el espacio con riesgo en el tramo final del terreno. Pasaron varios minutos hasta que pudo recuperar la línea y comenzó a buscar desde las bandas el camino hacia el arco del chileno Arias.

Pero todo cambió en el trámite cuando Jhonathan Ramis fue en busca de una dividida con el arquero de Racing y en la imprudencia del choque, el de Vélez llevó la peor parte. Tuvo pérdida del conocimiento y debió ser reemplazado por Guido Mainero. Allí, Heinze cambió características con Vargas por el medio en sociedad con Robertone, dejando al extremo cordobés y a Delgadillo por los costados, buscando no centralizar el juego.

Tuvo algunas aisladas Vélez en la primera etapa como un tiro alto de Vargas o un intento de Nico Domínguez desde afuera. Racing fue más vertical, pero tampoco pudo inquietar a Alexander Domínguez, que resolvió con solvencia un mano a mano con el Licha López.

En el complemento, Vélez cambió la mentalidad y salió a disputarle el encuentro, con tenencia y buena circulación, a un Racing que sorpresivamente no encontraba los caminos. En defensa, claros los centrales y Giménez para salir siempre jugando con apoyo de volantes y los laterales. Panchito Ortega marcó casi a la perfección al Ricky Centurión y todo quedaba resumido a lo que podía intentar el equipo en los 3/4 finales. Allí fueron más las intenciones que las chances concretas y fue promediando la segunda etapa, en una doble tapada de Arias tras un córner (la segunda a Abram a puro reflejo) y la duda de una mano en el área, donde Vélez pudo haber alcanzado la igualdad.

Pudo porque no la consiguió y en un desacierto en la marca, quedó sólo Pol Fernández para derrotar a Domínguez con un toque suave y lejano a la salida apresurada del arquero. Desde ahí, la Academia tuvo alguna más pero entre el offside a Cristaldo y un fallo increíble de Zaracho, se quedó en 2 a 0. Salinas ingresó por Delgadillo, pero ya era tarde para una remontada.

Vélez deberá seguir creciendo basado en la buena idea y su estilo de juego. Racing no lo pasó por encima, pero lo golpeó y sacó diferencias en base a su jerarquía. El camino recién comienza y la pelea, como siempre, será larga.