Torneo

Suerte seca

Vélez cayó derrotado ante Godoy Cruz por 1 a 0 en el Amalfitani, con un gol de Ramis en el adelanto de la fecha 12 de la Superliga. El Fortín mostró una versión mejorada, luchó el juego, tuvo la pelota y presionó arriba al rival; pero la falta de eficacia (un gol en 10 juegos) y su poco margen de error lo sentencian. Lo sufre en el promedio.

Todo Vélez se retira una vez más golpeado. El Fortín no encuentra el arco rival y sufre en el propio.
Por Carlos Martino

Vélez volvió a caer por la Superliga. Fue en la noche del jueves y por el adelanto de la fecha 12, con la visita de Godoy Cruz al Amalfitani y con un gol de Victorio Ramis en la segunda etapa que profundizó las alarmas en Liniers.

Inmediatamente de lo que fue la historia del lunes en Parque Patricios, se ponía por delante una nueva final para los dirigidos por Marcelo Gómez, en una semana que terminará con otra nueva final el lunes ante Olimpo también en casa. Vélez no tiene margen de error y tampoco se lo dan los rivales de turno y una seguidilla tremenda en el momento más crítico.

El DT trabajó estos días del Globo al Tomba en recuperar sus jugadores desde lo físico y también desde lo anímico. Así fue que mantuvo más allá del resultado y rendimiento de lunes, el mismo esquema y mayoría de nombres para este jueves. Volvieron Fabián Cubero y Federico Andrada para aportar experiencia y elevar las agujas que marcan el promedio de edad del equipo, en lugar de los Emilianos Amor y Bogado.

Por delante un conjunto mendocino que merodea el ingreso a la Libertadores y que no pasa sobresaltos en los promedios. Con una campaña hasta el momento pobre de visitante, pero con un equipo de jugadores que se conocen y que vienen laburando juntos desde hace un buen rato, más allá del cambio de conducción técnica que hubo por delante.

Es cierto, en cuanto al juego, que Vélez mereció más. Más, comparado con lo último que había autografiado en cancha el equipo. Porque desde el minuto uno se hizo dueño de la pelota y enarbolados detrás de la bandera de la presión alta y la de atacar, atacar y atacar; intentó llegar con gente y romper de una buena vez por todas esa maldita racha de minutos acumulados sin gritos de gol. 

Lo buscó, es cierto; pero en momentos tan duros, el arco rival queda años luz de la gestación de la jugada. Entonces, esa buena intensidad de presión en mitad de cancha con los laterales por las bandas y multiplicados en esfuerzo Santi Cáseres, Matías Vargas y Nico Domínguez por la mitad; lógicamente comienza a mermar. Más si eso que tanto buscás no llega. En cuanto a juego y sobre todo en el arranque, da la sensación que el equipo se siente cómodo con la idelogía del Negro Gómez y no le pesa jugar.

Es increíble, pero a Vélez le llegan y le marcan. Entonces todo se vuelve confuso y la presión juega y se te sienta a un lado. 

Pero el rival también juega, y si bien Godoy Cruz no había inquietado al arco de Rigamonti con remates de dirección fallada, a este Vélez le llegan y le marcan. Pero esta vez fue virtud del técnico uruguayo desde la línea de cal. Porque para zafar del asedio velezano que se imprimió en el cuarto de hora del segundo tiempo, lejos de meter defensas, le dio cancha a dos hombres de ataque. Vélez ni se pudo acomodar y en la primera que la visita desbordó lo agarró mal parado al equipo para que el rápido de Garro mande un centro pasado para que de cuerpo a tierra Ramis mande de palomita el balón al fondo de la red como una daga de tantas que se clavan en el orgullo.

Es increíble, pero a Vélez le llegan y le marcan. Entonces todo se vuelve confuso y la presión juega y se te sienta a un lado. Entonces el esfuerzo de todos se vuelve estéril, con un camino casi siempre equivocado por la desesperación. Así Vélez se condena a buscar el gol con la angustia de no poder y se vuelve un tema de diván. Todo parece inevitable y se termina con la derrota consumada en el marcador. Vélez no concreta lo poco o mucho que genera, el rival lo lastima y le deja marcas.

De las últimas derrotas fue la menos merecida, desde el juego la entrega y el siempre intentar. Pero con eso no alcanza. Hay que ser letales arriba y firmes detrás. Siempre hablando del análisis de un partido de fútbol donde los pibes ponen la cara al mal trago del momento que vive el club. 

Conmueve la entrega de uno de los más pibes como Santi Cáseres, raspando, corriendo y jugando; como también la del capitán y más experimentado como Fabián Cubero, que con virtudes y defectos, en su vuelta tras la lesión, jugó el partido con una entrega absoluta.

Hay que parar la hemorragia. Dejar de sangrar. Falta mucho y al mismo tiempo, verte en rojo en una tabla de números escasos genera pánico. Por lo que es Vélez, por lo que significa y por unos pibes que crecen a los golpes del fútbol.

Que los nuevos aires que recorren el club buscando la renovación vayan perfumando los días para el futuro no muy lejano, que cambie de una vez por todas esta sequía insoportable de gol, de ver a un Vélez ganador y que una tarde de lunes, venga un milagro y nos saque a bailar.

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SL17 | F12 | #VEL0xGOD1

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Compartimos las imágenes del encuentro entre Vélez Sarsfield y Godoy Cruz por la fecha 12 de la Superliga 2017/18.