Vélez cayó goleado y muy golpeado por 4 a 0 frente a Gimnasia y Esgrima La Plata, por la séptima fecha de la Superliga en el Bosque Platense. Los goles del conjunto comandado por Mariano Soso llegaron por Dibble, Mazzola, Faravelli y Colazo.

El Fortín volvió a reincidir en errores defensivos que terminó pagando caro, mostrando que el margen de error en un equipo al que no le salen las cosas es más que ínfimo. Un Vélez que desde el inicio y golpeado por los goles rivales, se puso el encuentro cuesta arriba y perdiendo la confianza del juego tan bueno (aunque sin goles) que venía de plasmar en Santa Fe. 

Porque el Lobo se encontró con el triunfo con los desaciertos de Vélez en la última línea, con el temprano gol de Dibble; y desde ese preciso momento se planteó seriamente en refugiar sus líneas y aprovechar en las contras las bondades ofrecidas a muy bajo costo.

Al Fortín le costó jugar la pelota limpia por el suelo, buscar sociedades y tratar de romper líneas en el campo rival para intentar lastimar a un Arias que atajó sin demasiadas complicaciones.

Porque Vélez intentó el juego pero entre lo impreciso y niveles bajos producto de una derrota que comenzaba a consolidarse fue cavando su propia suerte, teniendo el balón y sin la profundidad necesaria para revelarse al encuentro. Tuvo un tiro en el palo de Domínguez en el primer tiempo que pudo haber sido vital (en el segundo también lo tuvo Romero) para intentar acomodarse pero claramente las cosas no iban a salir por más que lo intente. Al Fortín le costó jugar la pelota limpia por el suelo, buscar sociedades y tratar de romper líneas en el campo rival para intentar lastimar a un Arias que atajó sin demasiadas complicaciones.

El encuentro terminó a los cincuenta segundos del complemento, con el remate largo de Aleman que generó el rebote largo de Aguerre y que Mazzola solo, cambió rebote por gol. Allí se terminó el juego y solo quedaba en ver con cuántos goles se conformaba Gimnasia ante la impotencia de un Vélez desfigurado. Los tantos de Faravelli y Colazo llegaron para aumentar el morbo de un resultado confirmado, de un Tripero que se encontró con una goleada en su peor momento.

La derrota duele y golpea. Una goleada que no reviste mucho más análisis del expresado en estas líneas de un Vélez que dejó su juego en Santa Fe y que le pasó factura en La Plata. 

No queda más camino que seguir trabajando para mejorar, para levantarse, para ponerse de pie.