Junta Histórica

Correa, garra guaraní con la albiceleste

Heriberto Luis Correa, paraguayo de nacimiento pero argentino por adopción, hoy cumpliría setenta años. De dilatada carrera en nuestro país y en el exterior, brilló en el Vélez de la década del ?70 y se ganó un lugar en la Selección Argentina.

Heriberto Luis Correa nació en Asunción, Paraguay, el 16 de marzo de 1949, pero tenía solo 6 años cuando su familia se radicó en Buenos Aires. Ingresó a las divisiones inferiores de Vélez en 1966 y el 5 de junio de 1969 le llegó la oportunidad para debutar en la primera división fortinera: fue en el José Amalfitani, en un triunfo por 1 a 0 frente a Deportivo Morón.

Participó poco ese año, en 1970 solo lo hizo por Copa Argentina y en 1971 comenzó a alternar con mayor frecuencia en el equipo titular, en aquel Metropolitano que se escapó dolorosamente en la última fecha.

Correa, usuario de un bigote singular con formato de manubrio, se desempeñaba como lateral por ambas bandas, aunque el grueso de sus producciones las realizó sobre el costado izquierdo. Marca férrea, criterio para salir con pelota dominada y un muy potente remate-era el encargado de tiros libres y penales- fueron sus principales cualidades, las que llevaron a que Enrique Omar Sívori se fijara en él y lo convenciera de nacionalizarse argentino para sumarse al combinado nacional.

Los partidos que resultaron determinantes para adueñarse de un puesto en la selección, fueron dos. El primero, el 13 de abril de 1973, fue la inolvidable goleada velezana sobre Ríver en el Monumental por 4 a 2, con dos goles suyos (su estreno en la red), y dos de Carlos Bianchi. El otro fue en la Bombonera, en junio, y aunque en esa ocasión no convirtió goles y fue expulsado a minutos del final, su actuación fue clave para sostener el 2 a 1 con que el Fortín se llevó la victoria.

En el representativo argentino jugó solo 4 cotejos, todos ese mismo año: su presentación, en un amistoso fente a Perú, y tres encuentros correspondientes a las eliminatorias para Alemania 1974. La renuncia de Sívori, previa al Mundial, determinó que Correa ya no volviera a vestir la celeste y blanca, pero esas cuatro presentaciones le alcanzaron para formar parte de la selecta lista de los extranjeros que defendieron nuestros colores, reducida nómina que, entre otros, integra también un histórico fortinero: el español Manuel De Sáa.

El paraguayo se destacó en el equipo de Vélez que estuvo muy cerca de alzarse con el Nacional 1974, y permaneció en el Club hasta mediados de 1975 cuando fue transferido a Racing de Avellaneda en una cifra millonaria. Continuó luego su carrera en Mónaco, y posteriormente en el Deportivo Cali, que dirigía Carlos Bilardo, y que arribó a la final de la Copa Libertadores 1978.

En 1980 regresó a la Argentina, se incorporó al buen plantel que armó Platense para esa temporada, y continuó su peregrinar futbolístico en Huracán, Sarmiento de Junín, All Boys, Defensores de Belgrano y El Porvenir, hasta que en 1985 decidió abandonar la actividad.

Como director técnico volvió a Liniers a mediados de la década del '90 para hacerse cargo de la cuarta división, pero su paso por el Fortín ya había quedado grabado a fuego a través de los 165 partidos jugados con la V azulada sobre el pecho -157 por torneos locales y 8 por Copa Argentina- en los que anotó 16 goles.

Heriberto Correa nos dejó físicamente el 24 de enero de 2017, pero su recuerdo será imborrable en la memoria de todos los hinchas velezanos.