Debutó en primera en el club ciudadano, Villa Dálmine, en 1981. Su muy exitoso paso posterior por Mandiyú de Corrientes lo depositó en la Selección Nacional con la que disputó, y consiguió el subcampeonato, en el Mundial de Italia de 1990.
Aterrizó en Vélez en 1992, por consejo de Eduardo Lujan Manera, tras una exitosa estadía en el Sttugart alemán y un breve recorrido por Racing Club de Avellaneda.
Pieza clave en la formación titular de la poderosa escuadra de Bianchi por su despliegue dinámico y su gran capacidad conceptual e inteligencia para a entender el juego, Pepe corría mucho y fácil, se deslizaba en la cancha. Ganó cuatro títulos en su intenso hospedaje en Liniers: el Clausura 94, la Copa Libertadores 94, la Copa Intercontinental y el Apertura 95. En este último logro del equipo dejó grabado para siempre en las retinas de los hinchas que coparon el estadio de la Doble Visera de Avellaneda, la magnífica definición ante Independiente, una joyita, un golazo, frutilla del postre que le dio a nuestra institución la tercera estrella en el ámbito local.
En su extenso recorrido como futbolista que incluye militancias en Boca Jrs, el Jaén y el Extremadura españoles y Deportivo Español, se colgó en su cuello seis medallas domésticas y cinco internacionales.
Le puso cierre a su dilatada carrera, luego de una vuelta fugaz a Vélez en 2001, en la entidad de sus inicios, Villa Dálmine, en el 2003.
Su expediente en el Club acusa 131 presentaciones y cinco tantos.