Arrancamos la charla en un café cerca del Club para empezar a contar la
historia de otra bandera que tiene muchísimos kilómetros siguiendo al Fortín. Esta
bandera, tiene una particularidad que la distingue de las demás. Nació en unas
vacaciones de invierno en España, en 1995, fue la primer bandera de un solo
color, Azul con letras blancas, se confeccionó con todos materiales comprados
en el viejo continente y de allí cruzo el océano Atlántico para estar presente
en el sur frente a Banfield el día 6 de Agosto de 1995, aquel día Vélez derroto
a Banfield 1 a 0 con gol de Trotta de penal. La bandera de GALLEGO arrancaba
con el pie derecho?
Fernando, el autor material y único dueño del trapo, nos cuenta que
siempre la llevo a la cancha solo, nunca la bandera fue sin él y nunca se le
cruzo por la cabeza dársela a otra persona para sacarla de alguna cancha. Enroscada debajo de su jardinero de jean, la
bandera recorrió el país y varios países limítrofes. Recuerda el día que casi
la pierde contra independiente en Avellaneda, viniendo de una ciudad del sur
cercana al estadio de Independiente, fue emboscado por un grupo de hinchas del
rojo que en las vías se dieron cuenta que no era local, y a lo mejor sin saber
que tenia la bandera quisieron robarle, la bandera ese día a diferencia de
otros no venia enroscada al cuerpo, pero si escondida bajo el mismo enterito.
Logro de manera sorprenderte desligarse de los asaltantes y llegar a
escabullirse entre los hinchas de Vélez que se acercaban al estadio.
Siempre tuvo su lugar detrás del arco, la amistad que lo unía con los dueños
de otras banderas que ya tenían ese lugar privilegiado le facilitaron las
cosas. El Lugar más lejos que el trapo viajo con él fue a Méjico contra las
Chivas de Guadalajara en la última Copa Libertadores pero no la pudo colgar por
que la policía local no los dejo, estuvo
colgada en el Mineirao en la final de la Supercopa 96 y estuvo varias veces en
Jujuy, Salta, Mendoza, Chile y Paraguay, entre otros. No recuerda el último partido que la llevo de
local, pero lo cierto es que el Gallego, apodo que recibió por ser hijo de
gallegos y que le da el nombre al trapo, recorrieron miles y miles de
kilómetros siguiendo al Fortín. Hoy solo la lleva cuando viaja al extranjero
por partidos de copa y no considera volver a traerla de local.
Gallego, junto con otras banderas de la década de los noventa, forman
esa línea de trapos históricos que estamos recordando. Nos damos cuenta con
cada charla que las banderas hermanan, no matan como creen algunos organismos
de seguridad, hasta el momento todas las notas tienen un denominador común y es
que gracias a ellas, conocieron muchísima gente en la tribuna y se hicieron
conocer. El Gallego recuerda cada una de las banderas que se colgaban junto a
la de él y los nombres de sus dueños, a muchos de ellos los sigue viendo, con
otros guarda una amistad inseparable y otros ya no vienen tanto a la cancha.
Hoy, en la tribuna hay otra bandera con la misma
insignia, la cual fue aprobada por Fernando, aunque el todavía se hace llamar
el ¨verdadero¨ GALLEGO.