Fútbol

Nico, feliz en su casa

Nicolás Otamendi estuvo presente en la Villa Olímpica y brindó una charla para los chicos de las divisiones inferiores. El Mundialista volvió al lugar donde se formó como jugador y como persona.

Nicolás Otamendi visitó este martes por la mañana la Villa Olímpica. El marcador central, campeón con Vélez en el Clausura 2009. hizo un alto en sus vacaciones post Mundial y se acercó al predio de Parque Leloir, lugar que transitó en su formación y donde se transformó en futbolista  profesional. 

Dentro de la cancha de césped sintetico, el actual defensor del Manchester City se puso al frente de un auditorio de unos doscientos chicos de las divisiones inferiores y relató varias de las vivencias de su carrera, desde los comienzos-repletos de dificultades- hasta este presente exitoso, que lo tiene como una de las figuras del fútbol internacional.

El ex compañero de zaga de Sebastián Dominguez resaltó el esfuerzo y sacrificio familiar en el inicio de su trayectoria, contó de sus interminables viajes en colectivo para sumarse a los entrenamientos, y rescató de su pasado una jugosa anécdota: usó el guardapolvo blanco hasta bien entrada la adolescencia para seguir abonando el boleto escolar.

El central de la selección argentina hizo hincapié en la voluntad y el temple que deben tener los aspirantes a profesionales en los primeros pasos. Dijo que el recorrido tiene vaivenes, que siempre hay que trabajar y dejar todo en cada práctica porque en algún momento la oportunidad va a llegar y se debe estar preparado para aprovecharla. 

Los pibes escuchaban el testimonio de Otamendi en silencio y con particular atención. 

Nico también se refirió a su experiencia con la albiceleste, recordó a aquel grupo que se coronó bajo la conducción de Ricardo Gareca, remarcó las bondades de las instalaciones de primer nivel que posee nuestra institución en Ituzaingó, y se mostró agradecido con la dirigencia y el personal del club que colaboraron para que se convirtiera en un deportista de elite.

Con sencillez y humildad-pese a ser partícipe de uno de los equipos y de una las ligas más importantes del mundo-el dirigido por Pepe Guardiola cerró su media hora de charla con los chicos, que lo escucharon en silencio y con particular atención, envuelto en un aluvión de aplausos, y se prestó gustoso a tomarse fotos con cada una de las promesas que germinan en nuestro semillero y con los integrantes de los cuerpos técnicos de cada una de las categorías.

Nicolás Otamendi volvió por un rato a Vélez, la cuna donde se forjó como hombre y como jugador, para transmitir sus experiencias a aquellos que, seguramente, tienen la pretensión de emularlo y lo sindican como un modelo a seguir en el mañana. 

Un gran gesto de alguien que no olvida sus orígenes. UN CRACK