El arco de Vélez siempre es una buena oportunidad para crecer, para ganarse un lugar y para remarcarse el apellido en el fútbol grande de la Argentina. Esta afirmación cobra mayor peso con la foja de servicios de cada uno de los últimos arqueros que se pusieron el buzo velezano y han conseguido cosas importantes dentro y fuera del club.

Defender el arco que José Luis Chilavert custodió en los mejores años, es una causal de motivación alta para cualquiera y un desafío enorme a la vez.

Las partidas de Alan Aguerre y César Rigamonti abrieron el juego a promover juveniles como Matías Borgogno y Facundo Perrone; pero que necesitan de la experiencia aún de referentes en el puesto. Es por esto que la directiva se movió rápido. Cerrado el ecuatoriano Alexander Domínguez, apareció tentadora la posibilidad de sumar a alguien más bajo los tres palos.

Lucas Hoyos viene de realizar un gran torneo de la B Nacional junto a Instituto y esta coyuntura llamó al interés de Vélez. Las partes resolvieron lo correspondiente y el arquero de 29 años recaló en Liniers.

“Fue un llamado del cuerpo técnico. La verdad que nunca dudé, más allá que había otra posibilidad. Siempre quise que se resuelva así porque yo quería venir a Vélez. Fue todo muy rápido. Todavía estoy acomodándome y aprovechando mucho esta oportunidad”

Se lo observa tranquilo, callado, como adaptándose a su nueva casa. Sin embargo, como se dice generalmente, la procesión va por dentro. La alegría y felicidad por esta oportunidad en primera es muy valorada por el oriundo de Guaymallén. “Estoy muy contento por esta chance que se me presenta, porque llego a un club con mucha historia. Trabajo para aportar desde el lugar que me toque para el equipo y para poder estar a la altura de las circunstancias”.

Transita ya un puñado de días concentrado en el gigante de Parque Leloir y cada rincón cumple con sus expectativas. “Encontré en Vélez lo que me imaginaba, un club grande. Tiene instalaciones muy buenas, es un club totalmente de primera división. Estoy sorprendido por la calidad humana que hay tanto en el grupo como en la gente que trabaja en el predio”.

Resulta ser siempre muy positivo, cuando se llega a un vestuario nuevo, encontrarse caras conocidas. Arribar y escuchar la tonada cordobesa cercana de Guido Mainero, lo metió rápido en el grupo, ya que fueron compañeros en la Gloria. “Siempre es bueno encontrarse con alguien con quien compartiste plantel o estuvo con uno en otros clubes. Ayudó mucho. De todas formas estoy conociendo a todos los chicos y me han tratado muy bien. Estoy tomando confianza para lo que viene”.

A Hoyos le tocará pelear por ganarse la titularidad nada más ni nada menos que con Alexander Domínguez, arquero del Seleccionado Ecuatoriano y de gran experiencia. “Es una competencia muy sana. Con Alexander compartimos habitación, y tanto nosotros dos como los chicos que vienen de inferiores, apoyamos al que le toque jugar. El día a día es fundamental para el armado del grupo y para lograr cosas importantes”.

También Lucas tuvo palabras para la manera de trabajar que implementa el cuerpo técnico de Gabriel Heinze y dio sus primeras impresiones sobre su nuevo entrenador. “Siempre hay comunicación tanto en el campo como en la concentración. Es un cuerpo técnico con muchas ganas y uno trata de aprender en el día a día”.

“La exigencia de parte del entrenador siempre está. Uno que lo conocía de cerca se podía imaginar que iba a ser así ya que él siempre fue de esta manera. Es importante estar al ciento por ciento”

Vélez aseguró su valla y fija objetivos. Tras un inicio de año duro, de sufrimiento y crecimiento, se planifica una etapa nueva y de aspiraciones grandes. El flamante arquero lo sabe desde el primer día. “Todavía no fijamos objetivos porque estamos prácticamente en el inicio de la pretemporada, pero tenemos rápido un partido de Copa Argentina que es importante. Sin dudas que entrar en la clasificación para alguna copa sería algo muy bueno para todo el grupo”.