Fútbol Amateur

“El camino del esfuerzo es el que transito a diario”

Ignacio Gutiérrez es el 5 de la Séptima y juega como vive. Al influjo de su amor por lo que hace, se va forjando y pese a la talla pequeña que lo envuelve, impone condiciones cada vez que la pelota pasa por sus pies. Agradecido a Vélez y a la familia, tiene una historia para contar.

Por Diego Guitian

Este sábado se disputarán las semifinales de la Superliga Juvenil y la Séptima División de Vélez no estará en ellas. La números dicen que los dirigidos por Marcelo Bravo obtuvieron 21 puntos, producto de 6 victorias, 3 empates y 5 derrotas. La irregularidad se hizo carne en el equipo y quedaron a 11 y 12 puntos, respectivamente, de Banfield e Independiente, los dos equipos clasificados a la instancia definitoria en la Zona A.

"Fuimos irregulares, es verdad. Tuvimos partidos muy buenos y luego bajábamos el nivel. Contra River (ganó Vélez 3-2) los chicos hicieron un partidazo y ante Independiente, el otro puntero, empatamos 1-1. Luego vamos con Defensa y Justicia que estaba abajo nuestro y perdemos 2-0. Así todo el torneo", dirá nuestro entrevistado, Ignacio Emanuel Gutiérrez, para definir una realidad: El equipo nunca pudo ganar más de dos partidos de manera consecutiva en la fase clasificatoria.

Llegó a Vélez hace 10 años, cuando la categoría casi no tenía jugadores. Aún más pequeño que el metro sesenta y cinco que ostenta, vino solo a probarse y quedó. En aquellos tiempos de primer grado escolar y travesuras de niño, jugaba de enganche "hasta que un día en AFA Infantil, Rodrigo Rótolo me puso de cinco y nunca más me moví de esa posición. Creo que es en la que mejor rindo"

"El Indio Bravo es muy buen técnico. Nos da todas las herramientas que él utilizó para llegar a jugar en Vélez. Soy de escucharlo mucho"

A contramano de sus pares en edad, dice mirar mucho fútbol "nacional e internacional" y se autoproclama como admirador del juego de "Casemiro, Ponzio, Wilmar Barrios y por supuesto Santi Cáseres". Imperativo en sus cruces, eficiente en el quite y la entrega, cuando Nacho decide soltarse, pisa el área y arma revuelo. O bien elige la media distancia y causa daño en el rival, como el golazo que le marcó a Temperley, el 21 de abril, desde 30 metros con un derechazo que tuvo destino final de ángulo.

Guti, como lo llaman sus compañeros, sabe que la bronca pega duro, pero luego tiende a desaparecer. Él mismo experimentó ese sentir cuando a días de la confección de la lista definitiva para disputar el Sudamericano Sub 15, que luego ganó Argentina en nuestro país, se quedó afuera por una lesión tras haber vivido todo el proceso previo. Absorbió el veneno que derrama la injusticia y salió adelante. Volvió más fuerte y, pese a no conseguir los objetivos grupales, fue uno de los puntos más altos en la Categoría 2002 este semestre.

"Hubiera sido un gran año el 2017 si no me lesionaba. Me sentía dentro del grupo que disputó el Sudamericano y estaba jugando muy bien. Me lesioné contra Lanús en una jugada que voy al choque: Terminé fisurándome el cartílago de un dedo de la mano y no pude jugar el torneo"

Convencido que el camino del esfuerzo es la ruta indicada, Gutiérrez madruga todos los días para empezar el día. Desde San Miguel, emprende rumbo a la Villa Olímpica. "Salgo a las 6 de la mañana y tomo el colectivo. En mi familia están muy contentos, me ven crecer y siempre me acompañan. Mi viejo cuando a veces me trae, mi vieja cocinándome siempre rico y todos hacen sacrificios para ayudarme. Incluso mis hermanos dejan de comprarse cosas para darme una mano", recalca con orgullo el 5 de la Séptima . Son tiempos difíciles para mantener el mango en el bolsillo, pero se las arregla con lo que puede. Almuerza en la Villa y de ahí, al colegio para cursar cuarto año. "Mis viejos me inculcaron siempre que el estudio va de la mano con el fútbol y aunque repetí el año pasado, salí adelante porque este es el camino".

A sus 16 años cumplidos el 23 de mayo, Nacho se parece y mucho a Lucas Romero, el volante surgido en El Fortín y titular hoy en el Cruzeiro de Brasil. Juegan en la misma posición, semejanzas físicas que se hacen presentes y un estilo de juego casi idéntico. "Tengo fotos con él, ojalá pueda llegar a primera también en Vélez, un club que me dio todo desde chico y en el cual me siento muy cómodo e identificado", reafirma con la convicción de quienes persiguen un sueño, y al final, pese las dificultades, lo terminan cumpliendo.