Mauro Matías Zárate es un faro que atrae la atención de cualquiera. Tanto de los hinchas que lo aman como de sus compañeros. Incluso para las bromas. Mientras se prepara para la entrevista con el Sitio Oficial en el comedor de la Villa Olímpica, vislumbra que le falta su neceser, ese adminículo de objetos personales tan propio del futbolista de hoy en día. Se lo escondieron. Uno de sus compañeros levanta la vista para ver la reacción de Mauro y él, justo, lo “cacha”. Advierte que el bromista intentaba averiguar qué sería de su “presa”. Pero el crack, al igual que dentro de la cancha, sale airoso del encierro. Y así el cazador es cazado. MZ9 encuentra el bolso y sentado en un mullido sillón, comienza la charla.

“No te acostumbrás nunca a estas cosas porque es todo un tema ir hasta Santa Fe. Sumado a las ganas que tenés de jugar el partido y que te las corten así, tan frío y de golpe… te da bronca porque no se puede hacer nada; quizás los dirigentes de Colón se podrían haber manejado de otra manera pero bueno, ahora ya está”, esboza con un dejo de fastidio por la suspensión del encuentro ante el Sabalero.  Y agrega, con una mezcla de sinceridad y escepticismo: “Se podría solucionar tan fácil…es inentendible que no se solucione fácil, pero está toda la mafia de las hinchadas que complica todo esto”.

El pasado ya es historia y el futuro, puro entusiasmo. En la previa del choque ante San Lorenzo, Zárate destaca que “el grupo está con muchas ganas. Jugamos de local un lindo partido y si hacemos las cosas bien, difícilmente no lo ganemos”. Ya recostado en el confortable asiento, admite sorpresa por la siguiente pregunta:

-¿Qué tienen en común, en tu carrera, San Lorenzo, Boca y Racing?

-Piensa, duda un poco. Y llega la respuesta. “Y… San Lorenzo y Boca son los rivales que uno les fue tomando más bronca, en el buen sentido, desde chiquito. Quiero ganarles siempre”, admite con total franqueza sin recordar de primera mano que son los tres equipos a los que más goles les marcó, a razón de 5 por escudo; un total de 15 de sus 53 conquistas.

El goleador todo el tiempo piensa en seguir aumentando su lista de arqueros/víctimas, por eso enfatiza. “Esperemos que pueda ampliarse esa cantidad de goles el lunes y ojalá nos sirva para ganar tres puntos que nos vendrían muy bien. Presiento que ganar sería un trampolín para impulsarnos y  lograr más puntos en la mayoría de los partidos que nos quedan por delante. O mejor dicho, todos”.

"El lunes sólo sirve ganar. Porque, si vas perdiendo 2-0 y pasa lo mismo que con Estudiantes, no lo vas a tomar bien. Ahora hay que ganar".

Más allá de la indudable rivalidad que se fue acrecentando, la historia dice que el rival de toda la vida de Vélez, es Ferro, no San Lorenzo. Pero Mauro, un rebelde con causa, decreta: “Para mí sí es un clásico porque ya desde chiquito, desde inferiores, era un clásico con ellos. Mismo con Boca y con Racing. Así fue en Infantiles y en Inferiores. De grande, enfrentarlos, siempre me generaba un plus”.

-¿Y lo seguís viviendo así?

-Sí y más desde el aquel partido (2013) que no pude jugar. Después me saqué las ganas ganándoles 3-2 al año siguiente y clasificando a la Libertadores de la que luego nos sacan (sic). Les pegamos un lindo baile en su casa, nos dimos el lujo de picar un penal, todo completito, aunque después apareció algo extraño y tuvimos que ir a jugar el repechaje con Boca.

La memoria activa del ídolo velezano retoma el duelo que no lo tuvo como protagonista por la expulsión en Santa Fe ante Colón; la anteúltima visita de San Lorenzo al José Amalfitani. Y con un dejo de bronca, afirma que aquel encuentro por la fecha 19 del Torneo Inicial 2013 “era el partido perfecto para coronar el semestre perfecto, ganarles y salir campeón, pero bueno, vergonzosamente me sacaron de ese partido y después no se dio”.

La actualidad lo ubica en el presente y su rol en el conjunto. Dice que la nueva posición en la que juega, detrás del centrodelantero, le sienta bien. “Me trato de acomodar y veo que puedo ayudar mucho al equipo jugando ahí. Moviéndome como nueve le exigía mucho a mis compañeros y eso no era bueno. Jugando más atrás, me exijo más a mí y le doy más al equipo”.

“Ahora me estoy acostumbrando a jugar más atrás, de volante y soltándome. No siento que se me complique mucho. Tengo que estar más atento en lo defensivo y luego hacer mi juego tratando de desequilibrar con la pelota en los pies y arrastrando marcas para liberar a mis compañeros”.

Desde lo táctico, Mauro amplía el concepto: “Obligaba a que me busquen más haciendo movimientos que tenían que culminar con pases muy finos y eso implicaba que me tenían que conocer mucho, como me pasó cuando volví en 2013, donde se dio que teníamos los jugadores para hacer ese juego.”.

Su tercer ciclo en El Fortín, lo encontró con nuevo entrenador. MZ9 dice que lo ve muy bien a Gabriel Heinze, que “trabaja muchísimo” aunque “quizás esté un poco intranquilo por el tema de los resultados que son los que mandan pero como dije antes, creo que este partido va a ser un gran trampolín para encarar los cruces que faltan”.

Afirma que está muy feliz en el país y disfrutando con su itinerante familia, el principal sostén del ídolo velezano. Neceser en mano, emprende la retirada a casa para reencontrarse con sus amores, Natalí, Mia y Rocco. Mauro Zárate es un emblema dentro del plantel profesional. La elocuencia del hecho, va más allá de portar o no la cinta. Es bandera y palabra autorizada en un vestuario que, como nunca antes, lo adoptó como referente de grupo. Y a quien suscribe esta entrevista, todavía le resuenan las palabras del ídolo: “El lunes solo sirve ganar”.