Fútbol Amateur

Destacado Fecha 11: Patricio Flamenco

La vida le pegó un par de cachetazos de esos que dejan marcas indelebles, pero logró salir adelante gracias a la familia y sus amigos, entre ellos Thiago Almada. Al igual que el Guayo, Patricio Flamenco también fue el Destacado del último fin de semana en la victoria 3-2 ante Lanús.

Por Diego Guitian

"La vida...la vida como siempre dura", reza la letra de un famoso candombe. Si lo sabrá Patricio Nicolás Flamenco (6-2-2001, Quilmes, Provincia de Bs. As.), que a los 15 años perdió a su madre, al tiempo una lesión lo alejó de las canchas por casi un año y medio y en un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en padre de Milo, el pequeño de seis meses que le devolvió la sonrisa. Dolor y responsabilidad temprana, demasiado para un adolescente que ya con 18 abriles va dejando de serlo. Pero la pasión por el fútbol y su familia todo lo cura y hoy está de vuelta, volviendo a ser aquel 5 de calidad que deslumbraba con Thiago Almada en Infantiles.

El presente lo encuentra feliz de nuevo. La Quinta División recuperó a uno de sus históricos capitanes y los dirigidos por Flavio Espósito se preparan para afrontar las últimas tres fechas de la etapa clasificatoria con un panorama alentador: están a 2 puntos de Independiente, el 2° de la tabla, y buscan su lugar en semifinales para defender el título conseguido el semestre pasado.

"Hay confianza y estamos jugando bien. Creemos que si ganamos los partidos que quedan tenemos varias posibilidades de clasificar. Y si no se da, vamos a tratar de dejar la mejor imagen posible", destaca Pato, dueño de un criterio elogiable para ubicarse como patrón del medio y distribuir con claridad. Portador, además, de una voz de mando muy especial dentro del grupo de la Categoría 2001, resalta cómo se preparan: "en los entrenamientos se deja todo, nadie quiere perder ni siquiera en algún juego que hagamos el día antes del partido, los que ganan festejan y los que pierden se enojan mucho en serio. Eso creo que nos potencia a todos".

Por esa forma de ser que tiene el grupo, competitivo y ganador, Flamenco comprobó que no fue fácil retornar a la titularidad tras su ausencia forzada. Luego de consagrarse Campeón en Séptima durante 2017, sufrió una lesión meniscal en una de sus rodillas y la vuelta se postergó bastante, más aún con el buen nivel que mostró Rodrigo Giusto, su reemplazante. "Ahora me siento muy bien, trabajando para volver al nivel que en algún momento tuve. Si lo ponemos en una escala del 1 al 10 me siento 8 puntos, después de que me rompí los meniscos en febrero de 2018 cuando había sido citado al Sub 20 y me resentí varias veces. Al empezar este año también volví a resentirme. Pero ahora me siento muy bien y estoy recuperando el ritmo".

Antes de disfrutar este presente auspicioso, debió soportar duros momentos. "Me sentí muy mal por mucho tiempo, la vuelta se hacía cada vez más larga y mi paciencia parecía que estaba por acabarse porque nunca me había tocado ver tantos partidos desde afuera. No quería ir al Club a ver cómo mis compañeros preparaban un partido y yo irme a la camilla a hacer kinesiología. Me sentía triste y confundido. Estaba enojado conmigo mismo porque nunca fui así".

El dolor por no jugar fue muy fuerte pero más lo fue haber perdido a su mamá, Claudia, cuando Pato tenía 15 años. "Todavía tengo momentos en la cabeza que me hacen lagrimear con solo recordarlos, como la última vez que me despidió con una sonrisa cuando me estaba yendo a la parada del colectivo para irme a entrenar. Lo sufrí mucho pero me hizo fuerte, está claro que es un dolor que va a quedar para siempre pero hoy lo llevo mucho mejor intentando recordar los mejores momentos con ella. La tengo muy presente, a cada encuentro llevo una remera con su foto. Le dedico cada partido y le pido que me guíe en toda decisión que tome tanto dentro como fuera de la cancha".

Nada es para siempre y este joven que tuvo que madurar de golpe, también pudo comprobarlo. "Katherine​, mi mujer, era la que me empujaba a seguir para volver a jugar y no me dejó caerme nunca. Y la llegada de Milo a mi vida fue el empujón final, es lo mejor que me pasó y me motivó al 100 %. Ellos son mi refugio, los que me secan las lágrimas y me mandan para adelante"

De aquel volante fino y cabeza levantada con los pelos largos por la cintura, a este hombre maduro, aunque muy joven, y padre de familia. En el medio de esos cambios, siempre estuvieron su papá, hermanas, amigos y entre ellos, una persona muy especial: Thiago Almada.

"Al Guayo lo quiero como un hermano, compartimos muchos años juntos, además de compartir grandes momentos fuera del Club. Es un fenómeno y todos lo saben, más de una vez nos salvó en inferiores. Y como persona me sorprende cada vez más. El día que debutó, antes de que yo le mande un mensaje, él me escribió a mí preguntándome cómo estaba de la lesión; me quedé sorprendido. Es un crack en muchos aspectos y ojalá el fútbol nos vuelva a reunir en una cancha, disfrutábamos jugar juntos".

"La vida...la vida como siempre dura" y sus latigazos, lo mantuvieron más vivo que nunca a Patricio Flamenco, el pibe de 18 años que entró en la etapa donde refrendar sus condiciones, se impone con urgencia. Y más siendo profesional desde fines de 2017. "Llegué al Club a los 7 años y tengo muchísimos recuerdos hermosos. Que confiaran en mí para hacerme un contrato es algo que motiva mucho, es sinónimo de alegría y una gran responsabilidad. Esta es mi segunda casa, acá me formaron como jugador y persona. Por eso sueño con devolverle a Vélez todo lo que me brindó".